JJLo mejor del viaje a Uganda quedaba para el final, un encuentro con los gorilas de montaña en libertad. Caminando a pie en el impenetrable bosque de Bwindi me trajo una de mis mejores experiencias. He buceado por océanos y mares, hecho más de 10 safaris en coche y barco, pero nada fue comparable a tener de cerca a nuestros ancestros.
Tan solo podemos encontrarlos en 3 países en el mundo: Uganda que es donde los vimos, Ruanda y en la República Democrática del Congo. A día de hoy (2023) la mejor opción es Uganda. Dado que en Ruanda están apostando por un turismo De Luxe el precio de la actividad es desorbitado (1500 dólares americanos). La última opción también es mala, en la RD del Congo hay varios problemas políticos que no hacen seguro visitar el país. Ojalá pueda estabilizarse pronto a corto-medio plazo.
Mucha suerte tiene el planeta de que no se haya extinguido este animal, debido a la caza furtiva y al alto precio que tiene el gorila en el mercado negro a punto estuvo de desaparecer. Aparte de la moral ética de que no está bien acabar con la vida de los animales para enriquecerse, les ha quedado conciencia de que el gorila les vale mucho más vivo que muerto.
Tampoco aquí el precio es barato (700 dólares americanos) en el que disfrutas de 60´de su compañía. Es un precio elevado, pero créeme que lo vale. Además que ayudas y pones tu granito de arena para que cada vez haya más familias de gorilas y este animal tenga garantizada su existencia. Hay también otra opción y es optar por un encuentro con gorilas que no están dentro de Bwindi, pero durante mucho más tiempo.
En este encuentro es algo diferente, no solo por el precio que también es más elevado (ahora no recuerdo pero creo que rondaban los 1500 dólares) si no porque la experiencia es distinta. Cada familia de gorilas antes de ser puesta en libertad en Bwindi pasa por el cuidado de sus Rangers. Así que en esta experiencia te enseñan como cuidan de ellos para su integración más tarde en el bosque. También hacen que se habitúen al contacto con humanos ya que una hora al día van estar junto a nosotros.
Si vas sobrado de dinero se puede optar por hacer los dos días y realizas una actividad en cada uno de ellos. Todo el mundo opta por lo que hicimos nosotros, que es hacer una y convivir con ellos en la naturaleza. Bueno, todo el mundo tampoco, una familia de estadounidenses que compartió ruta en nuestro grupo hicieron las dos. A pesar de que estás muchas más horas nos dijeron que estás muy lejos de ellos y realmente no lo vives tan de cerca. Además en cualquier viaje organizado ninguna agencia te plantea esta opción, yo la verdad que me enteré allí.
Todo el tema de las visitas, cuidado del bosque y de los animales lo gestiona la UWA. Aunque normalmente cuando preparas tu viaje en Uganda es mejor que lo hagas a través de una agencia. Ya sea por libre o en grupo creo que es lo mejor, ya que la gestión a través de la UWA es muy lenta. Si por ejemplo viajas en fechas muy señaladas te podrías quedar sin visita.
Tras hospedarnos en los alrededores del Lago Bunyonyi, partimos después de comer hacia Bwindi para poder dormir a los pies del bosque. La carretera no es especialmente buena, pero aquí se disfruta todo. Me hacía gracia que al ir tan despacio en algunos tramos niños te pedían un Give me the five, darles un choque de manos y rebosaban felicidad por los cuatro costados.
¿Sabías que los humanos coincidimos con los gorilas en el 98% del ADN? Por eso la experiencia es única, sentarte y observar todos sus movimientos, sus manos y ver que somos prácticamente idénticos. (excepto en sus agilidades, por lo menos por mi parte jeje)
Conviene dejarse esta visita para el final del periplo por Uganda, aunque no lo hicieras seguro que disfrutarías el país en todo su esplendor, pero creo que acabar así deja un regusto especial. Si quieres saber más sobre cómo visitar el país te invito a que pases por la guía de viaje que hicimos. Aquí podrás resolver tus dudas que te pudieras plantear. Si aún así hay algo que se nos ha pasado no dudes en hacérnoslo llegar en los comentarios del post o por correo.
Los nervios nos llegan a la noche cuando nos comentan todos los detalles, escuchando sin perder detalle cada consejo. También nos resuelven todas las dudas antes del encuentro. Aquí hay que tomar una decisión importante, los grupos suelen ser de 8 personas y hay que escoger que caminata deseas hacer corta, media o larga. Nosotros optamos por la media, pero ya nos advirtieron, igual la caminata media se puede transformar en corta o larga debido a que el gorila es impredecible. Puede caminar largas distancias en poco tiempo. Los tienen controlados en cada momento, pero al salir nosotros pueden estar en un sitio y en 2 horas se fueron muchos más lejos (o crrca)
Madrugamos muy temprano para ponernos en marcha. Un desayuno fuerte es lo idóneo, pero entre los nervios y el madrugón tampoco pude coger muchas fuerzas. Así que llenamos la mochila de víveres, agua y a equiparnos. Es muy importante aunque no lo parezca, cosas como usar calcetines largos por dentro de la bota para evitar que trepen por nuestras piernas las hormigas soldado. Guantes para evitar los cortes con las ramas y sobretodo agua, que no falte agua. Todo lo demás lo tenéis en nuestra guía de viaje, otros utensilios como chubasquero, antimosquitos, calzado de montaña, mascarilla, etcétera.
Al llegar al centro de visitantes nos recibe un grupo que ameniza la espera con sus cánticos tradicionales. Ahí esperamos la llamada de nuestro Ranger y nos ponemos en marcha. También nos dan la opción de llevar un porteador (en montaña conocido como Sherpa). Este se prestará a llevarnos la mochila o ayudarnos en el camino. En realidad si estás en buena forma física no hace falta, pero nosotros optamos por llevar uno. Una forma también de aportar con nuestro granito de arena una pequeña ayuda a la persona que nos acompañó.
La ruta de trekking antes y durante entrar a Bwindi es preciosa. Ahora empezamos a entender porque se llama bosque impenetrable. Agachándonos por troncos en medio del camino, Rangers cortando ramas a machetazo para poder pasar y cuidado de no caer por algún que otro repecho. Y tras casi 2 horas de camino los Rangers se detienen, como iba por el final no sabía muy bien porqué. Lo entendí al girar mi cabeza a la derecha y ver un gorila como degustaba un trozo de rama.
Habíamos llegado!! Estaban aquí!! desde este momento tenemos 60 minutos, ni más ni menos para disfrutar de esta experiencia que os juro que es inolvidable. Hay que tener una distancia prudencial de unos dos metros, hay varios Rangers que nos van abriendo paso para ir conociendo a toda la familia. Alucinante como el Ranger jefe se comunica a través de onomatopeyas con los animales.
Aquí ya me podía tirar escribiendo detallando cada momento que vas viviendo, pero por no aburrirte si me tengo que quedar es con dos momentos. El macho alfa, el gorila de espalda plateada, verlo caminar, moverse con esa agilidad con ese peso es algo que impacta mucho. Y la segunda es ver a los baby gorilas juguetear por las ramas, algunas de ellas se partían y caían al suelo. Eran muy graciosos y recordaban mucho a nuestros bebés.
Una de los horas que más cortas se han hecho en mi vida. Infinidad de fotos y vídeos que han servido también para montar un vídeo en nuestro canal de Youtube que os dejo al final del post. Ya sólo quedaba volver por el camino que habíamos venido, esta vez sería cuesta abajo. Nos reunimos a la llegada con el resto de viajeros que viajaban con nosotros en grupo y todos estábamos igual de emocionados. Y hasta aquí llegó nuestro periplo por el país africano. De vuelta a Kampala para al día siguiente tomar el avión de vuelta. Una vez llegados a casa te quedas todavía unos días y en shock, tu mente está aquí pero el corazón lo tienes todavía en tierras africanas. Con el paso de los días vuelve a su ser, pero creo que un pedacito sigue allí para siempre.
