Quinta parada de nuestro periplo ugandés. Nos dirigíamos al sur en nuestro final del viaje en el que nos esperaban grandes sensaciones. 

Nuestra penúltima parada nos llevaba al Parque Nacional Queen Elisabeth. Un parque que hace unas décadas fue devastado por la guerra. Aunque la avaricia y lo peor del ser  humano lo líquido, también los buenos corazones a día de hoy han conseguido que se haya recuperado por completo. 

Es el parque más visitado de Uganda, hogar de los leones trepadores, más de 600 especie de aves, hipopótamos, elefantes, leopardos o jirafas en un magnífico paisaje de sabana adornado por lagos y volcanes. 

Hiena escondida en su guarida

Tiene una extensión de 1978 km2  se encuentra a menos de 400 kilómetros de la capital Kampala y colinda con la frontera del Congo.

Se fundó en el año 1952 con el nombre de Parque Nacional de Kazinga. Dado que ahí encontramos el canal con su mismo nombre, que une los lagos Edward y George. Años más tarde con la visita al parque de la Reina Isabel se rebautizó el nombre.

Las tasas de entrada por vehículo son de 50 dólares americanos (por día) más un extra si quieres dormir acampando dentro del propio parque. Os recomiendo hacerlo y acampar aunque sea una noche, ya lo hicimos en Murchinson y es algo que nunca se olvida.

En esta ocasión lo hicimos a los pies de una hipopool, así que dormimos bajo los ruidos de este precioso (a la vez que peligroso) animal. También se escuchan las pisadas de antílopes, los rugidos del león o las carcajadas de las hienas.

Parece que da miedo pero es muy seguro, en todo momento un ranger acompaña al grupo. También pudimos degustar de la cena sentados al lado de una hoguera, que sería de un safari sin un poco fe aventura. 

Hipo pool a escasos metros del campamento

Como siempre hemos dicho a través de nuestros posts y vídeos cada persona que hace un safari tiene una aventura distinta que contar. Nuestra aventura por Queen Elisabeth, al margen de ver a todos los animales que os hemos mencionado anteriormente fue ver a primera hora a una familia de leones con sus cachorros.

A pesar de que estábamos algo lejos hicimos uso de nuestros prismáticos y del objetivo de la cámara para inmortalizar este momento. Hay que tener la vista muy ágil ya que parece que no se ve nada cualquier movimiento es sinónimo de vida.

Muchas más cosas que fueron ocurriendo, ver a hienas. Ya se que no es algo para remarcar, pero para mí fue realmente emocionante, ya que en mi viaje anterior por el sur de África no pudimos verlas. También una lucha encarnizada de facoceros (los famosos pumbas) con uno de ellos ensangrentando en el mentón.

Buenos días Queen Elisabeth

Curiosamente y no se sabe bien a ciencia cierta, podemos también observar a leones subidos encima de los árboles. Para ello hay que tener una vista excepcional ya que se camuflan entre las ramas perfectamente. Observamos a los cachorros de una manada, ya que venían de un paseo mañanero y terminaron los más peques por trepar.

También llegamos a ver a un guepardo subido a otro árbol, pero muy escondido en el que apenas se apreciaban sus preciosos colores. En este caso decidimos dejar la vista, ya que empezaron a aparecer numerosos vehículos que lo único que hacían era estresar al pobre animal. Por eso siempre recomiendo un turismo responsable, no todo vale.

Algo que diferencia a Queen Elisabeth del otro gran parque como Murchinson es que aquí podemos hacer un safari en barco. La mejor opción para el atardecer, en el que a orillas del lago vemos como se acercan elefantes, búfalos, hipopótamos. También contemplamos a los cocodrilos tomando los últimos rayos de sol del día.

Y es que la puesta de sol en este entorno es algo que pocas cosas pueden superar. No sabemos que es lo que tiene Uganda, pero a medida que pasaban los días una parte de nuestro corazón quedó atrapado allí para siempre.

Tomando el sol placidamente

Terminadas nuestras jornadas de safari no quedaba más que hablar con los compañeros de grupo, cansados y sentados junto a la hoguera charlábamos de nuestro viaje. Y es que estaba siendo inolvidable, pero aún faltaba la última etapa que pondría la guinda en el pastel. Poner rumbo a Bwindi para tener el ansiado encuentro con los gorilas de montaña.

Lo ideal para disfrutar del parque son 2 días pero si dispones de más tiempo libre que no te frene ampliar otras jornadas. Como ya hemos escrito en nuestra página en infinidad de ocasiones, un safari es como un huevo kinder cada día es algo nuevo. También se pueden hacer infinidad de actividades, os dejo la web oficial por si tenéis curiosidad.

Si estas más interesado en saber más te recomiendo pasar por nuestro post sobre la guía de viaje en Uganda que escribimos. Allí hablamos de los consejos para visitar el país y además lo que no puede faltarte en un safari. El alojamiento, comida, agua, fotos, crema de sol y antimosquitos, vídeos son de las muchas cosas que te podemos ayudar. 

Aquí te dejamos un vídeo de nuestra aventura, esperamos que la disfrutes tanto como lo hicimos nosotros. Si alguna vez te animas o tienes alguna pregunta puedes dejarnos tus dudas en los comentarios. 

También te puede gustar:

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Esta página utiliza cookies    Más información
Privacidad